Siguiendo una tendencia mundial. Chile cuenta con un crecimiento de la población de adultos mayores. Las estadísticas afirman que para el año 2030 el 25% de la población será mayor de 60 años. Este cambio demográfico exige que se realicen investigaciones destinadas a paliar los diferentes problemas de salud que presentan los adultos mayores.
Por esta razón, el Centro de Estudios del Movimiento Humano de la Escuela de Kinesiología se encuentra desarrollando hace un año un proyecto único en Chile, que pretende buscar los mejores predictores de caídas en la población adulta.
Este trabajo a cargo del kinesiólogo y docente, Rony Silvestre, busca descubrir las diferentes estrategias que usan los adultos mayores ante estímulos desestabilizadores. Por ello, los investigadores estudian el comportamiento que tiene un individuo ante una acción desestabilizadora y miden el tipo de reacciones que éste realiza para reducir su impacto.
Para lograr esta medición con parámetros científicos, los kinesiólogos trabajan con cuatro equipos en forma simultánea que registran el movimiento del cuerpo ante una posible caída.
Primero los investigadores pegan marcadores luminosos en el cuerpo del paciente. Después suben al paciente en dos plataformas de fuerza que miden y registran la reacción del suelo ante el peso que realizan las extremidades frente a un estímulo desestabilizador. Finalmente un equipo de análisis cinemática, registra y mide la posición de las extremidades ante el efecto desestabilizador, transmitiéndolo a un electromiógrafo que realiza la medición eléctrica de los músculos.
"La idea es saber con certeza cuánto tiempo demora un adulto mayor en responder frente a un efecto desestabilizador y cómo lo hace", explica Silvestre, quien dedica varias horas a la semana a este proyecto.
La investigación se basa en los elementos cognitivos: "es necesario entender cómo los procesos cognitivos pueden alterar el proceso normal de la marcha en los adultos mayores. Al concentrarse en dos focos de atención al mismo tiempo, los individuos sobre 50 años pierden concentración afectando la estabilidad al momento de caminar", señala David Arriagada, integrante del Laboratorio.
Los investigadores aseguran que por mucho tiempo la búsqueda se centró en la parte motora del individuo. Sin embargo, los últimos estudios señalan que la parte cognitiva está muy comprometida en las caídas de este grupo etáreo.
Para ello, observan la reacción de los pacientes frente a un desestabilizador, cuando se les pide que se concentren en una tarea cognitiva. A través de una pantalla, los investigadores pretenden que sus pacientes resuelvan diferentes tareas como encontrar semejanzas y diferencias entre una imagen y otra, o describir paisajes mientras se les somete a una acción desestabilizadora.
Para determinar con mayor exactitud este comportamiento, los kinesiólogos integrarán al equipo a psiquiatras y psicólogos, que trabajen en la categorización de las tareas con diferentes grados de dificultad.
En este momento, la investigación del Centro de Movimiento de la Universidad Mayor se prepara para comenzar a capturar datos a través de tres grupos de análisis de 50 personas cada uno. El primero estará formado por adultos mayores de la comunidad de Huechuraba; el segundo por ancianos de casas de reposo y el tercer grupo, estará compuesto por jóvenes universitarios del Campus Huechuraba. El objetivo es comparar los resultados obtenidos a través de los tiempos de respuestas de los tres equipos.
Con estos indicadores buscarán predictores de caídas científicamente probados. Los investigadores aseguran que para lograr estos resultados, lo más probable es que tengan que realizar alianzas para seguir avanzando: "creemos que después de esta primera fase vamos a poder predecir con una base científica sólida qué tipo de persona tiene un alto riesgo de sufrir caídas".
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